Max Horkheimer, Apuntes (1950-1969)
El significado para los individuos de las ideas de Kant, Hegel, Nietzsche y otros pensadores está en relación inversamente proporcional con el número de ejemplares de sus obras lanzados al mercado. Del mismo modo que el fin e incluso el aspecto de esos volúmenes se acerca al de los periódicos, también se acerca la lectura de su contenido al de las noticias más recientes. Más aun, las noticias son más serias. Muchas de ellas tienen consecuencias para la acción –en el significado más inmediato del término- y, dadas las circunstancias, hasta para la organización de la vida, la modificación de las intenciones profesionales, la afiliación política y la emigración. De los filósofos ya no se desprende actualmente nada en absoluto, ni para el lector culto interesado ni para el lector medio; a ellos les corresponde más la función de las novelas y las películas corrientes. Y ni hablar de su poder educativo o civilizador: un texto del cual nada depende en la vida no deja tras de sí una especie de huella, de influencia que se une a otras para formar un modo de pensar. Las ediciones masivas de los grandes filósofos demuestran su inocuidad.
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