Telépolis

miércoles, 12 de marzo de 2014

Historia de la filosofía. El cristianismo según Nietzsche


Para Nietzsche, el cristianismo primitivo, la religión de las clases más bajas y de los esclavos durante el Imperio Romano, consiguió imponer en occidente una concepción moral basada en tres principios:

El resentimiento, entendido como hostilidad inmediata contra toda manifestación individual o social de lo noble y elevado.

La igualdad
, entendida como moral de la mayoría, democrática, propia de los valores comunes que igualan a los hombres, como tendencia permanente a la nivelación y negación del individuo superior.

La mediocridad, entendida como vulgaridad, como moral del vulgo, de “la chusma” y sus costumbres decadentes. Moral del rebaño.

El contenido de estos valores se origina en la interpretación funesta, según Nietzsche, que San Pablo (el verdadero fundador del cristianismo) hizo de la antropología neoplatónica. El cristianismo paulino es platonismo para el pueblo. Es el resultado de una moral concebida como “antinaturaleza”, una moral que se enfrenta a la vida y legisla contra los sentidos, los instintos, la corporalidad. Según Nietzsche, la vida acaba donde comienza el reino de Dios.

El cristianismo inventó, afirma Nietzsche, un más allá trascendente para depreciar el valor supremo de la fidelidad al sentido de la tierra. Imaginó un tiempo escatológico para eliminar la idea griega del eterno retorno. Creó los valores degradados del amor al prójimo, la compasión, la humildad, la abnegación, la obediencia y el sacrificio para debilitar la voluntad de poderDionisos contra el crucificado es el lema de Nietzsche.

Por otra parte, siempre tuvo presente en su crítica al cristianismo la versión protestante, una religión de la subjetividad cuyo fundamento es la interiorización de los valores religiosos y teológicos, espirituales. El protestantismo es una religión de la totalidad: el protestante es cristiano siempre, cada hora de su vida, mientras el católico sólo lo es a tiempo parcial y en contadas ocasiones. Por oposición al protestante, el cristianismo católico es para Nietzsche una religión de la exterioridad, de los aspectos externos a la conciencia, como la liturgia y el culto, las imágenes, el ornamento, el arte sacro y los templos. En su obra El Anticristo manifiesta su entusiasmo por el carácter aristocrático de la Iglesia Romana durante el Renacimiento. César Borgia papa.

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