domingo, 1 de febrero de 2015

Diccionario filosófico. Historia


Hay cuatro grandes enfoques o filosofías de la historia: el positivismo, el idealismo, el personalismo y el materialismo.
- El positivismo concibe la historia como una colección de hechos dados, observables y verificables. La imagen positiva de la historia es la de una inmensa base de datos recolectada por los sabios a lo largo del tiempo. El historiador, según la época, desempolva estos anales y los ordena causalmente para que sirvan de cuadro fidedigno del pasado. El problema es que no hay hechos objetivos. La existencia de una base observacional neutral, “positiva o dada”, es una leyenda precientífica. Sólo hay hechos dentro de un marco teórico que les confiere sentido: tal marco establece lo que son y no son hechos; su función es seleccionar los que están dentro y los que quedan fuera de la historia. Por tanto, lo que los positivistas denominan hechos objetivos son en realidad valoraciones e interpretaciones. La Historia de los Papas de Leopold von Ranke o la Historia de Roma de Theodor Mommsen son buenos ejemplos de la historiografía positivista.
- El idealismo, a su vez, entiende la historia como la realización necesaria de las ideas metafísicas (o teológicas) que nos hemos forjado sobre la humanidad, las naciones y los pueblos. Los acontecimientos y procesos históricos responden a un inmenso plan manifiesto o latente, trascendente o inmanente que la razón puede conocer. El desarrollo de las civilizaciones se ajusta a categorías, etapas o ciclos previamente establecidos. El historiador constata y justifica el acuerdo forzoso de las ideas y los hechos, todo lo racional es real. El conflicto y las contradicciones empíricas se convierten en una logomaquia universal. Se trata, por tanto, de una concepción deductiva y apriorista, de carácter imaginario y carente de rigor. La historia se convierte para el idealismo en una utopía necesitaria que roza los límites de la profecía autocumplida. Las Lecciones sobre la filosofía de la historia universal de Hegel o el Estudio de la historia de Arnold J. Toynbee se ajustan a los supuestos filosóficos del idealismo.
- El personalismo cree que acontecimientos y procesos son el resultado de las decisiones de los grandes actores de la humanidad. Los personajes privilegiados son el motor de la historia. Ellos son los que conciben los fines, disponen de los medios y de la capacidad de aplicarlos en los momentos cruciales. Detrás de cada coyuntura histórica está la voluntad de un genio o de un héroe. El resto de los actores, activos o pasivos, son los elementos circunstanciales del cambio. El problema del personalismo es que transforma la explicación científica en un relato literario. Hechos y ficción se se mezclan en una concepción mitopoética. Se confunde la historia con la intrahistoria. Acontecimientos y procesos se proponen, finalmente, como una narración sugerente y amena pero esencialmente incompleta y a menudo errónea. Las memorias de ultratumba de Chateaubriand o Los episodios nacionales de Galdós ilustran los principios de esta teoría.
- El materialismo, por último, se basa en el reconocimiento de los factores económicos como el núcleo preponderante de la historia. Las condiciones materiales de una sociedad fundamentan los acontecimientos, los procesos y las leyes que los rigen. Los hechos dados, las ideas abstractas o las acciones de los grandes personajes solo pueden ser comprendidas desde la investigación de sus bases económicas. La estructura productiva determina la superestructura ideológica y los estratos de una sociedad. El reduccionismo de este planteamiento oculta que la historia es más bien el resultado de un conjunto de procesos interdependientes: políticos, jurídicos, culturales, económicos, sociales, religiosos, científicos y técnicos. En un momento determinado uno o varios se imponen y controlan a los demás… o bien pasan a segundo plano para resurgir luego con fuerza. En cualquier caso, no existe un superfactor dominante. El 18 brumario de Luis Bonaparte de Marx o Civilización material, economía y capitalismo de Fernand Braudel son obras que utilizan el método economicista aplicado a la historia.

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