miércoles, 18 de abril de 2018

Diez impresiones estéticas III

Alfred Stieglitz: The Terminal, New York (1892)

Sorprende la naturalidad con que se tomaban (por ejemplo, el tipo de la izquierda) una escena tan cruda como esta (vista hoy, claro). La tristeza del caballo de la derecha, el vaho que desprende el tiro...




Espectacular imagen de la nebulosa del Caballo situada a unos 1.500 años luz de la Tierra en la constelación de Orión. Ha sido captada en infrarrojos por la cámara de alta resolución Wide Field Camera 3 del telescopio espacial Hubble de la NASA.

¡La naturaleza imita al arte! Oscar Wilde.




Por segunda vez en mi vida me encuentro con estos tres grabados en cobre de Durero: El Caballero, la Muerte y el Diablo, 1513. La Melancolía, 1514. San Jerónimo en su estudio, 1514. Mi preferido es el segundo. Estuvieron juntas (por este orden) en la excepcional exposición de la Biblioteca Nacional de España, “Durero grabador, del gótico al Renacimiento". 





James Ensor, "Esqueletos luchando por el cuerpo de un ahorcado" (1831). Teatro de máscaras, una mezcla explosiva de lo festivo y lo macabro, conflicto entre el color y el relato… La intención (como Halloween) es hacer más liviano el peso de la muerte.








Hace unas semanas asistí en los jardines del Palacio de la Granja de San Ildefonso a la puesta en funcionamiento de sus monumentales fuentes. Un regalo para cada uno de los sentidos: la luz de la tarde filtrada por el agua, el sonido del impresionante despliegue hidráulico, el olor de la hierba mojada, el frescor de las gotas en la piel y el sabor del cochinillo asado en el parador…


Mies van der Rohe, Casa Farnsworth (1951). 
Las vacaciones han llegado: imaginad que son las diez de la mañana de un día radiante; hemos dormido como príncipes y se impone un desayuno en el césped al amor de la sombra: tostadas de pan candeal, mantequilla, café de Colombia, leche fresca, huevos al gusto, zumo de naranja y frutas del tiempo. Después ya veremos…


Excepcional cuadro de Paul Delvaux titulado “La soledad” (1955). Una muchacha en una estación desierta en medio de la noche, de espaldas, vestida con su mejor traje para no esperar a nadie, sigue con la mirada a un tren de mercancías que pasa a toda velocidad sin detenerse…





Una repentina tormenta alejó a turistas y gondoleros de la entrada a Venecia cuando sólo tenía acceso por mar: recuerda, la  piazzetta de las columnas de San Marcos y San Teodoro, la de los grandes cuadros de Tintoretto repletos de personajes oficiales y populares en el palacio ducal... 


- Usted ha escrito: "Si alguien le debe todo a Bach, es sin duda Dios".
- Sin Bach, Dios quedaría disminuido. Sin Bach, Dios sería un tipo de tercer orden. Bach es la única cosa que te da la impresión de que el universo no es un fracaso. Todo en él es profundo, real, sin teatro, Después de Bach., Listz resulta insoportable. Si existe un absoluto es Bach. No se puede tener ese sentimiento con una obra literaria, hay textos, pero no son formidables. El sonido lo es todo. Bach da sentido a la religión. Bach compromete la idea de la nada en el otro mundo: Cuando escuchamos su llamada, no todo es ilusión, pero Bach es el único que lo hace. Fue un hombre mediocre en su vida. Sin Bach yo sería un nihilista absoluto.
E.M. Cioran (conversación con Benjamin Ivry).


LA CONSTRUCCIÓN DE LO ESTÉTICO
Toda vez que se pretendió entender los escritos de los filósofos como creaciones poéticas, su contenido objetivo fue pasado por alto. La filosofía, por su propia ley de forma, requiere que la realidad sea  interpretada mediante una relación armoniosa de conceptos. Ni la manifestación de la subjetividad del pensador, ni la pura cohesión de la construcción en sí misma, es suficiente para establecer esa interpretación como filosofía, sino únicamente el hecho de que la realidad haya entrado en los conceptos, justificándose en ellos y fundándolos unívocamente. La concepción de la filosofía como poesía está en contradicción con esto.

Theodor W. Adorno, Kierkegaard

lunes, 16 de abril de 2018

Diez impresiones estéticas II


Uno de los fines de la naturaleza es la ciega producción de formas bellas (una propiedad de la materia indiferente a la existencia o no del hombre). Está ahí y forma parte de un misterio acaso inaccesible al entendimiento.

Ibn al-Haytham (Alhacen)







Según cuentan, Guy de Maupassant odiaba la Tour Eiffel. Fue uno de los escritores que se pronunció en contra del monumento en la famosa carta de protesta de 1887. Esto no le impedía almorzar casi todos los días en el restaurante de la Torre. Cuando un conocido periodista le preguntó, después del queso y los postres, porque lo hacía, Maupassant le respondió, tras limpiarse los mostachos con la servilleta: “Es el único sitio de París desde el que no puedo verla”.




La Hoz del Huécar en Cuenca. Una síntesis única de entornos natural y urbano. A pesar de las reformas que se han hecho en los edificios suspendidos sobre los crestones de caliza, el conjunto no ha perdido el sabor de la antigua ciudad medieval.




Entre los varios pecados de que me acusan ninguno tan falso como el de que mi objetivo fundamental de trabajo sea el espíritu de investigación. Mi objeto al pintar es mostrar lo que he encontrado, no lo que estoy buscando. Lo que cuenta es lo que se hace y no lo que se tiene la intención de hacer… Con frecuencia la preocupación de investigar ha hecho que se extraviara la pintura, y que el artista se perdiera en elucubraciones mentales. Quizá sea éste el defecto principal del arte moderno. El espíritu de investigación ha envenenado a los que no comprendieron bien todos los elementos positivos y decisivos de arte moderno y les hizo tratar de pintar lo invisible y, por consiguiente, lo que no se puede pintar.

Pablo Picasso



Los temas de la literatura son siempre los mismos, lo que cambia es la intuición, la inteligencia, el estilo del autor: esa diferencia es el arte.
Fedor Dostoievski 






La música, los estados de felicidad, la mitología, las caras trabajadas por el tiempo, ciertos crepúsculos y ciertos lugares, quieren decirnos algo, o algo dijeron que no hubiéramos debido perder, o están por decir algo; esta inminencia de una revelación, que no se produce, es, quizá, el hecho estético.

Jorge Luis Borges




Siempre he odiado a Hemingway. Me causaba vergüenza como escritor y como hombre. Y su manera de representar la masculinidad me parece un chiste. Él no era boxeador, era un alcohólico sobrevalorado que, además, es responsable de la ola literaria de todos sus imitadores. A mí me gustan las frases largas y los personajes complejos, y la mayor profundidad que consiguió Hemingway fue crear un personaje que era incapaz de tener una erección. Así que Hemingway es el mayor fraude de la historia.
John Irving (entrevista)


- ¿Es usted feliz?
- Todavía no he caído tan bajo.
Baudelaire








Lo que define al espíritu libre no es su posición ante la verdad, sino la cantidad de verdad que es capaz de soportar. Esto es lo que convierte a Nietzsche y a Kafka en hombres de conocimiento. En esto se basa la superioridad del artista trágico sobre el filósofo especulativo.



El comienzo de la Lógica de Hegel: ser y no ser, síntesis el devenir. Falta una reflexión productiva sobre el no ser: por qué ni siquiera fuimos, lo que no fuimos, lo que no hicimos, lo que jamás pensamos, lo que no llegamos a ser… Javier Marías aborda el tema en Corazón tan blanco. También Paul Auster en su última novela 4 3 2 1.



sábado, 14 de abril de 2018

Diez impresiones estéticas I


Sobre Vasily Kandinsky. Es imposible determinar la relación precisa que hay entre la teoría estética de los artistas y sus creaciones. Puede ser imprescindible, interesante, superflua o tratarse de un tratado de patafísica trascendental. ¿Primero se pinta, por ejemplo, y luego se justifica con argumentos el cuadro o más bien es al revés o nada tiene que ver con nada?





Diferencia entre talento y oficio. En literatura, si existe una idea también existen las palabras exactas para expresarla. La idea se muestra en el lenguaje por aproximación, por pulido o búsqueda de la expresión. Hay escritores que encuentran la expresión exacta “a la primera”, sin correcciones posteriores (o mínimas), como Cervantes, y otros que necesitan una larga curva de ensayos y errores lingüísticos, por ejemplo Borges. En relación con los segundos: el andamio se puede ocultar pero no los resultados.
Por ahí va lo que Henri James llamaba “la locura del arte”. El artista convive con el fracaso, porque buscamos la perfección constantemente. Sabemos que no la podemos lograr, pero nos seguimos empeñando en ir tras ella. Todo lo que podemos hacer, como dice Beckett, es “fracasar de nuevo, fracasar mejor”. Sí, una oración siempre se puede mejorar. Nunca se termina una frase. Simplemente nos abandona.

John Banville 


No existe propiamente el realismo en la novela. Sencillamente los personajes reales no son tan complejos, tan ricos en matices, tan perfectos como los personajes literarios. En la buena novela de costumbres no existe la contraposición entre personajes representados y personajes inventados.











La cuestión de la belleza es secundaria en la pintura, a los grandes pintores del pasado se los consideraba como tales cuando habían desarrollado una visión del mundo a la vez coherente e innovadora, lo cual significa que pintaban siempre de la misma manera, que utilizaba siempre el mismo método, los mismos procedimientos para transformar los objetos del mundo en objetos pictóricos, y que esta manera que les era propia no había sido empleada nunca antes. Se les apreciaba aún más como pintores cuando su visión del mundo parecía exhaustiva, parecía aplicable a todos los objetos y todas las situaciones existentes o imaginables.

Michel Houellebecq, El mapa y el territorio


Salgado, Génesis. Un concepto de naturaleza intacta, no pisada por el hombre, no pensada, sin determinaciones, como si un dios menor la contemplara desde arriba y después se alejase para siempre. ¡Rechaza los ídolos del teatro y descubre la belleza de las cosas mismas!



Ya en el "Prólogo a Richard Wagner", el arte -y no la moral- es presentado como la actividad propiamente metafísica del hombre; en el mismo libro reaparece en varias ocasiones la agresiva tesis de que sólo como fenómeno estético está justificada la existencia del mundo.
Friedrich Nietzsche, El nacimiento de la tragedia




Sobre la catedral de LeónCualquiera que haya recorrido una catedral gótica, la de Toledo, Cuenca, Sevilla, Burgos, León (¡qué bella es!) habrá vivido ese sentimiento de depuración esencial de la visión religiosa recibida en la familia, la escuela y la calle. La teología medieval recorre océanos de tiempo a la velocidad de la luz de las vidrieras hasta caer desde lo alto de las naves. Se hacían para eso.


Cualquier obra de arte, para ser plenamente experimentada, necesita del pensamiento y por tanto de la filosofía, que no es otra cosa que el pensamiento al que no se le pueden poner frenos. Entender es lo mismo que fundamentar: así, la capacidad del entendimiento de interiorizar lo entendido como algo que pertenece al mundo del espíritu es lo mismo que diferenciar lo verdadero de lo falso, por mucho que esa separación sea distinta de los procedimientos de la lógica común.


La cámara fotográfica no podrá competir con el pincel y la paleta mientras no pueda utilizarse en el cielo y en el infierno.
Edvard Munch






Il Duomo al atardecer, en ese momento mágico y fugaz en que el último sol de la tarde florentina baña los mármoles de Carrara y de Prato.

lunes, 2 de abril de 2018

El origen del universo. Segunda parte



El Origen del Universo, es uno de los temas más importantes de la Cosmología y continúa siendo uno de los misterios más inquietantes de la Ciencia.
La teoría del Big Bang propone que hace más de 13 mil millones de años ocurrió una gran explosión que dio origen al Universo. Esta teoría es aceptada mayoritariamente por la comunidad científica y supone que, tras la gran explosión, el universo se expande indefinidamente. El primero que defendió la hipótesis del Big Bang fue el astrónomo belga Georges Lemaitre quien tras estudiar la teoría de la relatividad de Albert Einstein dedujo en 1927 que el universo está expandiéndose a partir de un “solo punto” situado en un tiempo muy remoto. También el científico ruso George Gamov (1904-1968) defendió la idea de la Gran Explosión y del universo inflacionario. Lanzó la hipótesis de una explosión inicial con temperaturas muy altas seguida de una larga fase de enfriamiento durante la cual las diversas partículas se transformaron y reunieron hasta formar los átomos que conocemos. También hizo una predicción: después de quince mil millones de años de enfriamiento, la temperatura media del universo debería ser inferior a 268 grados bajo cero. Las mediciones actuales de esta temperatura han resultado ser de -270 grados centígrados.
El astrónomo Edwin Powell Hubble (1889-1953) concluyó que la única explicación coherente con las desviaciones hacia el rojo del espectro de las galaxias era que todas se estaban alejando entre sí y que cuanto más lejos se encontraban, más rápidamente lo hacían. Esto solo tenía sentido si el propio universo, incluido el espacio entre galaxias, se estaba expandiendo. Lo cual llevó al astrónomo a elaborar junto a Milton Humason el postulado de la ley de Hubble acerca de la expansión del universo: todas las galaxias se alejan de nosotros a una velocidad proporcional a su distancia. El coeficiente de proporcionalidad se denomina Constante de Hubble. El universo es, por tanto, como un globo en el que todos los puntos se alejan cuando lo hinchas.
En su libro “Los tres primeros minutos del universo” el Premio Nobel de Física de 1979 y profesor de la Universidad de Harvard Steven Weinberg explica en unos cuantos "fotogramas" la evolución inicial del universo de acuerdo con la teoría del Big Bang. El primer fotograma, el que nos interesa para seguir con el enigma planteado, dice:
Cuando apenas ha transcurrido una centésima de segundo tras la gran explosión y la temperatura se ha enfriado hasta unos cien mil millones de grados Kelvin o absolutos (el cero está sobre los -273 ºC), el universo está lleno de una sopa indiferenciada de materia y radiación, en estado de casi perfecto equilibrio térmico. Las partículas que más abundan son el electrón y su antipartícula, el positrón, fotones, neutrinos y antineutrinos. El universo es tan denso que incluso los huidizos neutrinos, que apenas interactúan con la materia, se mantienen en equilibrio térmico con el resto de la materia y radiación debido a sus rápidas colisiones. La densidad de la masa-energía en ese momento es del orden de 3,8 mil millones de veces la densidad del agua en condiciones terrestres normales. El tiempo característico de expansión del universo es de 0,02 segundos y el número de partículas nucleares (protones y neutrones) es del orden de un nucleón por 1000 millones de fotones, electrones o neutrinos. Las reacciones más importantes son: (a) Un antineutrino más un protón dan un positrón más un neutrón y viceversa. (b) Un neutrino más un neutrón dan un electrón más un protón y a la inversa.

Stephen Hawking (1942-2018), por el momento el último eslabón de la cadena, se ha desmarcado totalmente, para empezar, de la teoría creacionista. En palabras del investigador, “el Universo no ha necesitado ninguna ayuda divina para estallar y comenzar su existencia”. Hay que olvidar definitivamente las metáforas einstenianas de “Dios no juega a los dados” y demás juegos teológicos. Las reacciones de las distintas iglesias cristianas al ateísmo cosmológico de Hawking han sido furibundas, la mayoría basadas en ataques “ad hominem”… Lo de siempre desde Galileo. Hawking también rechazó por insostenible la teoría de un universo estacionario e infinito (?) defendida inicialmente por Einstein y rechazada posteriormente como su mayor error teórico ante las evidencias empíricas en su contra: la Ley de Hubble, las medidas detalladas del fondo cósmico de microondas que demuestran variaciones en la radiación del universo con el paso del tiempo, la abundancia de elementos ligeros o primordiales del origen del cosmos o las observaciones detalladas de la morfología de las galaxias y cuásares... todas proporcionan una fuerte evidencia a favor del Big Bang.
Hawking, asimismo, rechazó la teoría del Bing Crunch según la cual tras la Gran Explosión llegará un momento en que a causa de las fuerzas gravitatorias el universo comenzará a contraerse y todos sus componentes a aproximarse hasta formar una nueva singularidad espacio-temporal que de nuevo explotará (efecto rebote) dando lugar a un universo pulsante u oscilante. También las pruebas empíricas refutan esta teoría ya que las fuerzas gravitatorias están acelerando y no reduciendo la velocidad expansiva del cosmos. 
Para Hawking, el Universo comenzó a partir de una “singularidad”, y lo más probable es que solo haya ocurrido una vez. Esto excluye la idea mareante de que el universo conocido, “nuestro universo”, sea una cáscara de nuez flotando en un océano de incontables universos. “La edad del Universo -dijo Hawking- que ahora se cifra en casi 13.800 millones de años, se ajusta a este modelo, de la misma forma que también encaja el número y la madurez de las galaxias que podemos observar”. El profesor de Cambridge insiste en que antes de la gran explosión no había nada puesto que las consecuencias observacionales de tal singularidad no se pueden medir con parámetros científicos. El tiempo se creó también en ese mismo instante. Lo que hubiera antes del momento cero es un misterio para la ciencia actual. Si se pudiera retroceder en la expansión del universo hasta el comienzo hace 13.800 millones de años lo único que veríamos es como toda la materia se contrae en un solo punto que no está sujeto a las leyes de la física por lo que no podemos saber en qué consiste tal singularidad puesto que no existía el tiempo, ni la materia, ni la energía. Si todo se creó tras el Big Bang, no se puede ir más atrás porque no existía nada, ni siquiera el tiempo en el que pudiera existir. Resulta muy interesante leer la monografía del propio físico-matemático sobre El origen del universo.
Por tanto nos quedamos con las ganas de saber “qué había antes de la Gran Explosión”, si es que había algo. Uno tiene la convicción de que el cerebro humano, el proceso de encefalización del homo sapiens sapiens, con un período de evolución de 40.000 años sobre la Tierra no da de sí lo suficiente para comprender el enigma del origen del universo antes del Big Bang. Está por ver que comprendamos lo que sucedió después: uniformidad de las leyes físicas en la totalidad del universo, materia oscura, agujeros negros, agujeros de gusano, teoría de cuerdas... Nos movemos en los límites entre la física teórica y la ciencia ficción. No menos inquietante resulta imaginar el grado de conocimientos que pudieran tener seres inteligentes de otras galaxias con una evolución, por ejemplo, de quinientos millones de años: el monolito de la película “2001, una odisea del espacio”. Lo cual nos remite a lo que yo denomino la paradoja de Descartes. Resumida sería lo siguiente: supongamos tres segmentos que representan el saber, uno ilimitado que corresponde a una razón omnisciente que todo lo sabe con absoluta verdad, Dios. Otro menos largo pero muy largo, por ejemplo el del alienígena al que antes nos referíamos y un tercero mucho más corto, el del hombre. ¿En la parte en que coinciden, que comparten los tres segmentos, tienen los tres exactamente las mismas matemáticas, por ejemplo? Descartes diría que sí; yo no lo tengo tan claro.