Sobre Vasily Kandinsky. Es imposible determinar la relación precisa que hay entre la
teoría estética de los artistas y sus creaciones. Puede ser imprescindible,
interesante, superflua o tratarse de un tratado de patafísica trascendental.
¿Primero se pinta, por ejemplo, y luego se justifica con argumentos el cuadro o
más bien es al revés o nada tiene que ver con nada?
Diferencia entre talento y oficio. En literatura, si
existe una idea también existen las palabras exactas para expresarla. La idea
se muestra en el lenguaje por aproximación, por pulido o búsqueda de la
expresión. Hay escritores que encuentran la expresión exacta “a la primera”,
sin correcciones posteriores (o mínimas), como Cervantes, y otros que necesitan
una larga curva de ensayos y errores lingüísticos, por ejemplo Borges. En
relación con los segundos: el andamio se puede ocultar pero no los resultados.
Por ahí va lo que Henri James llamaba “la
locura del arte”. El artista convive con el fracaso, porque buscamos la
perfección constantemente. Sabemos que no la podemos lograr, pero nos seguimos
empeñando en ir tras ella. Todo lo que podemos hacer, como dice Beckett, es
“fracasar de nuevo, fracasar mejor”. Sí, una oración siempre se puede mejorar.
Nunca se termina una frase. Simplemente nos abandona.
No existe propiamente el realismo en la novela. Sencillamente los personajes
reales no son tan complejos, tan ricos en matices, tan perfectos como los
personajes literarios. En la buena novela de costumbres no existe la
contraposición entre personajes representados y personajes inventados.
La cuestión de la belleza es secundaria en la
pintura, a los grandes pintores del pasado se los consideraba como tales cuando
habían desarrollado una visión del mundo a la vez coherente e innovadora, lo
cual significa que pintaban siempre de la misma manera, que utilizaba siempre
el mismo método, los mismos procedimientos para transformar los objetos del
mundo en objetos pictóricos, y que esta manera que les era propia no había sido
empleada nunca antes. Se les apreciaba aún más como pintores cuando su visión del
mundo parecía exhaustiva, parecía aplicable a todos los objetos y todas las
situaciones existentes o imaginables.
Salgado, Génesis. Un
concepto de naturaleza intacta, no pisada por el hombre, no pensada, sin
determinaciones, como si un dios menor la contemplara desde arriba y después se
alejase para siempre. ¡Rechaza los ídolos del teatro y descubre la belleza
de las cosas mismas!
Ya en el "Prólogo a
Richard Wagner", el arte -y no la
moral- es presentado como la actividad propiamente metafísica del hombre; en el
mismo libro reaparece en varias ocasiones la agresiva tesis de que sólo como
fenómeno estético está justificada la existencia del mundo.
Friedrich Nietzsche, El
nacimiento de la tragedia
Sobre la catedral de León. Cualquiera que haya recorrido una catedral gótica, la de Toledo, Cuenca, Sevilla, Burgos, León (¡qué bella es!) habrá vivido ese sentimiento de depuración esencial de la visión religiosa recibida en la familia, la escuela y la calle. La teología medieval recorre océanos de tiempo a la velocidad de la luz de las vidrieras hasta caer desde lo alto de las naves. Se hacían para eso.
Cualquier obra de arte, para ser plenamente experimentada, necesita del pensamiento y por tanto de la filosofía, que no es otra cosa que el pensamiento al que no se le pueden poner frenos. Entender es lo mismo que fundamentar: así, la capacidad del entendimiento de interiorizar lo entendido como algo que pertenece al mundo del espíritu es lo mismo que diferenciar lo verdadero de lo falso, por mucho que esa separación sea distinta de los procedimientos de la lógica común.
La cámara fotográfica no podrá competir con el pincel y la paleta mientras no
pueda utilizarse en el cielo y en el infierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario