sábado, 23 de agosto de 2014

El cholismo ilustrado


Y van cinco en dos años. Sin contar el último Carranza. Celebraremos aquí mientras Dios me dé salud cada copa que levante el capitán del atleti por pequeña que sea. Para nosotros todas son de oro. Tenía preparadas doscientas páginas para glosar la gesta de Lisboa pero al final (nunca mejor dicho) la puñalada de Ramos nos dejó con dos palmos de narices. ¡Qué manera de palmar! Por cierto ayer estuvo a punto de repetir la gracia. Hay cosas que se entienden pero no se olvidan. Así es el laberinto de las emociones. Como decía Kun-Fu: Las cosas una vez que ocurren han sucedido. Una vez más, la vida y el fútbol se dan la mano. Ordené a mi hijo, casi como Kafka, que quemara mis páginas de la Champions. No sé qué habrá hecho.

Para mí la “clave del triunfo” en la Supercopa (cito al mítico Manolete) fue el fútbol de autor que practica el equipo. Mientras que cada comienzo de liga el Madrid tiene que rehacer sus esquemas tácticos para que sus flamantes fichajes se acoplen, el cholismo ilustrado practica la máxima de que el bien común es anterior y superior al individuo. Nadie viene al atleti a demostrar lo que sabe hacer por cien millones de pavos porque ya está sabido. Si Messi fuera rojiblanco defendería los saques de esquina en el primer palo metiendo el codo en la cara del central contrario y luego saldría como un lobo con la pelota robada sin culebreos ni mariconadas. La distancia más corta entre dos puntos (le habría dicho mil veces su entrenador) es siempre la línea recta.

La filosofía futbolera del Simeone es muy clara: si no te meten un gol hay muchas probabilidades de ganar. En el atleti todos son defensas, todos cierran las zonas estratégicas del campo (presión agobiante, ayudas escalonadas, ahogo de las bandas) y alguno enchufa el gol que cambia el partido. No importa ceder la pelota, realizar un juego previsible, tirar balones largos, echarla fuera a la mínima, forzar al tarjeta, acabar la jugada como sea… lo importante es no correr riesgos innecesarios.
Las armas ofensivas son el contragolpe marca de la casa y la estrategia a balón parado. Me imagino al Cholo en su casa a las tres de la madrugada echando humo por las orejas tras emborronar innumerables folios con las recetas que ensayará en el entreno de las doce: Protocolo de córner 32 b desde la izquierda. Koke con rosca al primer palo a media altura, fuerte para que la defensa contraria y nuestros propios atacantes se la coman con patatas, el portero tapado por un volante que se le echa encima no la ve y el último delantero en el segundo palo la clava de tacón a dos metros de la red…

Su estrategia psicológica no es menos efectiva. Ama a sus jugadores y es amado por ellos. ¡Esos muchachos que han crecido tanto a pesar de todo! larga conmovido a la prensa. “Todo” es la caja desmedida del Madrid, Barça y los grandes expresos europeos. El Chelsea quería comprar este año hasta el relente del Manzanares. En mi opinión ni Costa ni Filipe Luis han estado a la "altura moral" del club que los ha encumbrado.
Defiende Cholo la sana divisa del “partido a partido”. Una propuesta sensata que significa: no especulemos con proyectos majaderos, no demos pedales en una bici sin cadena pues lo único que se consigue es calentar el cerebro de la tropa. Un jugador debe procesar información en el campo y punto. 
Habla bien de los árbitros (o no habla en caso de cagada) porque es la única forma de predisponerlos a su favor. Por lo demás, no creo que a nadie puedan molestar las dos cariñosas collejas de ayer al línea.
Domina la comunión mística con la grada. Desde el banquillo dirige a la afición como un maestro de coro. Sólo le falta la batuta. Ayer montó su circo grabando con el móvil media hora del incendio colectivo. Pero cuando culmina el triunfo con el pitido del árbitro sabe conceder a sus jugadores el mérito y la gloria. Decía ayer, preguntado por esa modestia suya, que para él saltar al césped con los brazos abiertos era invadir el protagonismo de los gladiadores. Notable.
Por último, sus ruedas de prensa son espléndidas. Es original, evita los tópicos que reclaman los periodistas del ramo, los considera superentendidos y a sí mismo el tonto del pueblo, se parten de la risa con sus desplantes toreros, elogia las virtudes del contrario y tiene la osadía de tocar sutilmente las narices al Madrid (si lo haces de frente enseguida te echan en cara su condición de mejor equipo de la galaxia. El imperio contraataca). 

Me hago la misma pregunta que Rubén Amón en su excelente libro Atletico de Madrid, una pasión, una gran minoría¿Por qué no son del Atleti los demás?